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"Hola, Hola, bienvenidos al Campíbiri. Apreciados cómplices, como cada fin de semana, os voy a relatar las labores llevadas a cabo durante estos días. Como el viernes ha sido fiesta local (S. Juan de Sahagún), el sábado cojo medio día de vacaciones, para hacer puente, así aprovechar. Habiendo hecho los preparativos oportunos de los materiales que podemos utilizar, así como los avituallamientos correspondientes, pues se prevén días calurosos, y un poco más largos, nos dirigimos a la zona en cuestión, sin madrugar mucho. Hemos quedado en comenzar la construcción de la fosa séptica, así que se suman también Tade, Toñi con Iván, hoy muy madrugador. Tras la colocación y distribución de las herramientas y materiales, se comienza a preparar cemento. Usando un cuerpo (lateral) de andamio
, que nos ha cedido el amigo Álvaro, con dos plataformas –de las que indicaré más adelante su utilidad-, bajamos al fondo Tade y servidor y con dos capazos, uno de los cuales usaremos para suministrar la pasta, el otro para abastecernos de ladrillos. Así que comenzamos tirando cuerda, para conseguir, aproximadamente, un buen nivel. Son los primeros ladrillos que coloco, así que hay cierta incertidumbre, pero tenemos que conseguir levantar el “cubo” lo mejor posible. Hace muy buen día, para tomar el sol u otros menesteres, pero, precisamente, no para estar metido en un hoyo a dos metros de profundidad,
es un tanto asfixiante, no corre el aire, y parece que pica más aquí abajo. Paramos para comer, aunque queda pasta hecha, pero aprieta el calor, y preferimos hacer un alto, para evitar cualquier incidencia.
He de indicar, que mientras nosotros estábamos con la fosa, Toñi y Cristina han estado limpiando dos mesas, que también le han cedido. Preparamos la comida: ensaladilla, tortilla española (de patatas), embutido, ensalada, con sandía de postre, un festín.
Lo que vemos es que las bebidas se van calentando, así que llamamos a Ana para que nos lleve unos hielos (ella no ha podido ir a primera hora por quedarse con Celia, convaleciente de una gastroenteritis un poco fuerte, y con Laura, que ha estado estudiando). Tras una sobremesa, no muy larga,
que aprovechamos para los preparativos de los próximos días, nos dirigimos otra vez a la faena, parece que hace más calor aún. Con la ayuda de las dos plataformas que colocamos en forma de rampa, procederemos a ver si Iván puede tener acceso al interior del refugio y vaya si puede, pero hay que idear la forma para dejarlas un poco fijas, para cuando venga él, y quitarlas si no son necesarias. Hemos de volver al corte. Decido no usar el cemento que teníamos hecho antes de comer, está un poco seco y no vale la pena, lo usamos como relleno de los ladrillos.
Se tarda poco en preparar más pasta. El “Mister” Iván nos “anima” a seguir currando, así que mientras Cristina nos suministra ladrillos, Tade extiende pasta y yo coloco se va pasando la tarde, como se agradece que el refugio nos de sombra en el interior. Bueno se ha concluido la pasta y valoramos la posibilidad de dejarlo por hoy, por no liarnos más, así que quedamos Tade y yo en venir pronto. Tade, junto con Iván y Toñi regresan y Ana, Cristina, Laura, Celia y yo nos quedamos a recoger un poco y así descansar tomando un refresco, pues se está muy a gusto, y tanto, como que al volver creíamos que era más pronto, pero empezamos a ver los fuegos artificiales, si, los de Salamanca, se veían algunos –bastantes-,¡cómo que eran las once de la noche! La mañana comienza relativamente pronto, pues me recoge Tade sobre las nueve y cuarto. Procedemos a colocar el marco de andamio de otra forma, con la ayuda de una plataforma, unos sacos de cemento –que hagan de contrapeso- lo ponemos vertical, así continuaremos levantando los cuatro lados a la vez. Es un poco más delicado el bajar, pero no veo otra alternativa. Al estar los dos solos, Tade me va abasteciendo los materiales, mientras coloco ladrillos. Hemos colocado diez filas, “más que suficiente” (eso creo), así luego, con las vigas de castilla y las bovedillas podremos echar encima más tierra, total es más que suficiente para el uso que nosotros le vamos a dar… Tras limpiar las herramientas, regresamos a casa a comer, por la tarde hay otros proyectos que realizar. Después de un pequeño descanso y haber felicitado a parte de la familia (es S. Antonio) preparamos los refrescos correspondientes y volvemos a la tarea.
Comenzamos por instalar los aparatos del servicio para, luego colocar las paredes. Mientras, Ana y Cristina van a pintar la puerta del aseo, empiezo a preparar los laterales, que con unos tornillos y escuadras sujetamos. Han llegado a pasar la tarde con nosotros Rufi con su mujer Cristina y su hija Paula, César ha quedado estudiando. Estando liado en la colocación de las paredes, se acercan el amigo Miguel y su cuñado. Comentamos cómo ha ido la semana, lo que estamos haciendo. Al ver la fosa, me indican que debiera levantar otras tres o cuatro filas, para así no tener que hacer mucha zanja para el tubo de desagüe y tampoco poner mucho tubo de aireación, ni para la extracción, pero eso veré para hacerlo mañana. Por esta tarde creo que ya es suficiente. Tengo que preparar la cena, una buena barbacoa. La carne ha ido Ana a comprarla. Toñi también viene. Tade e Iván se han apuntado,
pero antes han ido de compras, nos llaman informándonos que están viendo un frigorífico “combi”, está bien de precio y nos lo llevan hasta la parcela, así que hace la operación, pues es más que necesario, sobre todo los días de calor, que esperemos sean muchos.
La pequeña barbacoa comienza a funcionar cuando han llegado todos. Me alegra que Celia insista en la rapidez, que tiene hambre, pues ha estado muy desganada estos días pasados, parece que es buena señal de mejoría. Total que en un momento le damos pasaporte a unas lonchas de panceta, costilla –que tienen en la tienda especial barbacoa, no se que jugo le echan-, chorizo, farinato, si farinato también envuelto en papel de aluminio, como el chori, y unas tiras de carne, en la carnicería las denominan “lagrimas de ibérico”. Se ha hecho de noche sin darnos apenas cuenta, son casi las once cuando preparamos el retorno
y comienza a relampaguear, tendremos que darnos un poco de prisa. Para mañana ya veremos como amanece y decidiremos qué hacer. Todo un espectáculo ver los relámpagos. La mañana amanece bastante nublada, aunque hace muy buena temperatura. Decidimos comer pronto y marchar, para poder avanzar un poco, pues Tade me indicó que se acercaría con Iván sobre las cuatro de la tarde, así que veremos que se puede hacer. La tarde amenaza de lluvia, y bastante, lo que conlleva el cambio de planes, en lugar de preparar pasta para la fosa, prefiero dedicarme a anclar los soportes de las maderas, columnas, de la entrada del refugio. Mientras estoy en esta labor, han llegado Toñi, Iván y Tade, que se incorpora a la faena. Comprobamos que las medidas no corresponden, pues no entran las maderas en los soportes, toca lijar, pero creo que va a ser demasiado para la poca lija de que disponemos. Se me viene el uso de la amoladora, o radial. Colocando un disco de lija para metales hará el mismo efecto, o eso espero. Tomando unas medidas aproximadas, vamos repasando uno a uno los maderos.
Una vez concluida la faena, procedemos a instalarlos y nivelarlos. Con dos burriquetas y un palet, voy haciendo la instalación del sistema ideado para el sombreado. Mientras llegan Manolo
y Elena con Jesús y Eva, ven las evoluciones y nos dejan un microondas que ellos no usan. Comienza a llover levemente, pero el agua está fresca. Se marchan por que han quedado.
Nosotros concluimos extendiendo una cuerda entre las columnas, pero, como siempre, surge algún imprevisto y decido cruzar en diagonal las cuerdas, mala idea, pues se destensa el cuadrado hecho en principio, como prueba vale. Sigue lloviendo más insistentemente
y como empieza el partido de fútbol de la selección, Iván y Tade regresan antes, nosotros recogeremos las mesas y herramientas, dejando preparado espacio para cuando traigan el martes el Frigo. Sin darnos cuenta se ha acabado este fin de semana, un poco más largo de lo habitual, ahora toca preparar para la semana, pensando también las tareas a realizar. Sin otro particular, esperando esta crónica haya sido de vuestro interés y halláis disfrutado tanto al leerla como nosotros al realizarlas, se despide, siempre suyo El JuanBa. "
"Queridos cómplices: Os procedo a relatar pormenorizadamente las labores realizadas durante el pasado fin de semana (6 y 7 de Junio). El tiempo no es propicio para llevar a cabo tareas en el exterior, así que decidimos cambiar el suelo del refugio. Habiéndolo meditado, decidimos poner sintasol, será más limpio y desdolido que cualquier otro producto (y más fácil de poner) Ana y Cristina proceden a la busca, pues no es un material de mucho uso, decidiéndose por un modelo.
El sábado, Cristina sube a buscarme al trabajo, donde tengo las maderas que usaremos para hacer una sombra a la puerta del refugio y, a continuación vamos a comprar el suelo, pero donde lo han visto lo vendieron a primera hora de la mañana, mala suerte... Volvemos al polígono, a un centro de bricolaje -disculpen no indique el nombre, por no hacer mala publicidad, pues la atención deja mucho que desear- y tras una larga espera nos lo suministran. Después de comer preparamos lo necesario y nos dirigimos Cristina y servidor a la zona de obras; Laura queda en casa estudiando, espero sea de provecho, y Celia con Ana, pues tiene placas en la garganta y tal como está el tiempo vamos a dejarla que se recupere. Se procede a descargar las maderas, el suelo, así como diversos materiales necesarios, comentando la mejor forma de instalarlo: lo primero que hemos de hacer es desmontar las paredes del cuarto de aseo, barrer y mover los objetos que hay, enrollar correctamente el producto y manos a la obra. Extendiendo cola de contacto y, sin apenas tiempo, colocar. En un ratito tenemos medio refugio "ensolado", como la medida de ancho son dos metros, solo nos queda rematar veintidos centímetros. Fuera comienza a llover con cierta intensidad,
así que cerramos la puerta del refugio y de la caseta, continuando con la tarea.
Veo, con cierta preocupación, que la cola de contacto se va acabando, aunque tengo en casa, no se como estará, malo a de ser que no esté en condiciones de uso, pero hemos acabado con lo más gordo y todavía queda un poco para algunos remates. Recogemos todos los útiles y regresamos, se ha pasado la tarde muy rápido. El domingo amanece con más nubes que claros y un poco frío, decidiendo volver a ir solos Cristina y yo. Tras hacer los preparativos marchamos a media mañana. Como primera tarea será el finalizar de poner el suelo (tenía cola en casa, espero que esté bien), así que se hacen los ajustes correspondientes y en poco tiempo lo tenemos concluido: queda muy bien –Modesto baja que sube éste-, para a continuación montar el servicio, bueno decidimos instalar primero el lavabo,
así lo haremos sin mucho esfuerzo y en mejores posturas. Después comenzamos a poner los laterales, cuando nos surge la duda de poner Pladur, que quedará en mejores condiciones y no tendremos que poner molduras para disimular los desperfectos que tienen los aglomerados, ya tenemos a Michel, que nos asesorará y ayudará a ello. Como es la hora, nos ponemos a comer dentro del refugio, pues no hace para estar en el exterior. Para aprovechar la tarde, ponemos debajo de la pérgola central las burras,
donde aplicar el tratamiento a las maderas para el sombreo de delante del refugio, tarea a la que se dedica Cristina. Mientras, preparo las zonas donde echar el hormigón para su instalación, para, a continuación, rellenar la base de la fosa, también de hormigón, y así dejar preparado para tabicarlo el próximo finde. Como la tarde ha mejorado respecto a la mañana, Ana, junto a Laura y Celia,
llegan para ver las evoluciones.
Me dirijo a visitar a Miguel y pedirle una escalera grande, pues las que tenemos son cortas. Me ofrece una de similares características a las nuestras, y tras meditarlo, le pido un marco de andamio que, justamente, mide 2 m, lo que facilitará el acceso a la fosa. Ana sustituye a Cristina en el tema del barniz de las maderas y Cristina protege el marco, para evitar accidentes. Comienzo a arrojar al foso el hormigón a paladas. Bajo para extenderlo y otra vez para arriba a preparar más material.
Tras varias hormigoneras, me decido a volcar el carretillo al borde, avanzando bastante más, concluyendo el alisado y vuelta para arriba, más o menos ha quedado liso. Ha llegado Toñi,
que continúa limpiando de hierbas y alisando los alrededores de la pérgola. También se acercan Iván y Tade.
Como la tarde se pasa y vuelve a refrescar, limpiamos las herramientas, mientras charlamos de los planes para el finde, este será un poco más largo, pues el viernes es S. Juan de Sahagún y tengo puente. Devolvemos el marco de andamio a Miguel, pues de momento no se necesita. Entre las tareas que tengo pendientes será ver a localizar dos rampas, para el acceso de Iván al interior del refugio, ya que en Juan del Río me parecen un poco caras las de segunda, más por el estado que por el precio. Hay que comprar las bases de los postes de madera. El tema del Pladur, a lo que Michel se ofrece encantadísimo, pero al indicarme que vamos a perder aproximadamente 8 cms de cada pared, me decido a adquirir aglomerado, pero esta vez más grueso –de 19 cms-. Localizados todos estos objetivos, esperando sepan comprender la tardanza de esta crónica, pues ha habido varios inconvenientes, aprovecho la ocasión para saludarles muy atentamente El JuanBa"