"Hola, de nuevo retomamos el sano hábito de compartir con todos vosotros, que se sois bastantes los que seguís estas crónicas. He de pedir disculpas por la tardanza en escribir, pero es lo que tiene el verano, en lugar de más tiempo libre es al contrario, más tareas por realizar y menos tiempo en casa, habrá que corregir algunos de estos imprevistos. Comenzaré recordando que, una vez concluidas las vacaciones, para algunos, el siguiente fin de semana (02.08.09) comenzamos con la rutina –y fastidio- de tener que trabajar el sábado por la mañana, lo que delimita y mucho los trabajos, pero con un buen ánimo nos dirigimos por la tarde a la zona de operaciones.
Se comienza por delimitar la zona donde ubicaremos la barbacoa, tan deseada ella, moviendo los ladrillos que nos pueden estorbar, para realizar la base de hormigón,
mientras estoy en estos quehaceres, Toñi continúa con su lucha implacable contra los hierbajos y malas hierbas, a la vez que remueve la tierra para plantar más césped,
labor en la que recibe la colaboración de Celia
(y el resto de tropa). Juani, mientras, elabora un entramado de cuerdas, maderas y tubos, para favorecer el crecimiento y maduración de los tomatitos,
que da gusto ver como se desarrollan, pero la inexperiencia a la hora de plantarlos se ha notado, gracias Juani. Durante la semana siguiente, Iván, junto a Dani y otro amigo –disculpen que se me halla olvidado el nombre- se dirigen al Campíbiri para realizar un trueque con el vecino Carlos, amigo de Iván, que nos ha ofrecido recortes de granito (pues él trabaja en ello). También aprovecho unos maderos que usan para transportas tableros de aglomerado, y los llevamos el cuñado Ángel y yo. Como no puede ser de otra forma se llega el finde, sin apenas enterarnos, y con un poco de humor se realiza una tumba en honor al pajarillo fallecido de forma natural por un Pumba ( “Estaba así y de repente PUMBA”). 
Éste sábado hemos invitado, que parece que hay que tirar del personal, a Rufi, Cristina y Paula a pasar la tarde y merendar, pero mientras llega la hora comienzo a nivelar los maderos que me servirán de guía para echar el hormigón y alisarlo . Mientras nosotros estamos en esto, comienza a nublarse el cielo, pero muy tenuemente, aunque lo que allí no entraña riesgo de lluvia, en principio, se convierte en una auténtica tromba de agua y granizo en Salamanca, por lo que recibimos varias llamadas interesándose de nuestra situación, no dando crédito a que estemos haciendo hormigón. 
Una vez concluida esa fase, procedemos a hacer una hormigonera, pero esta vez, solo de cemento, para, así dejar un acabado un poco más fino. Mientras ha habido un cambio de aire, lo que provoca que las nubes que pasaban a lo lejos se vayan acercando, y, aunque tenemos la esperanza de que pasen de largo, comenzamos a tapar el trabajo con lonas. Empieza a llover, en principio, ligeramente, así que, sin recoger la herramienta, nos resguardamos dentro del refugio. La tormenta va en aumento, lo que provoca que Iván, Toñi y Juani regresen a casa. Mientras, el resto, vemos llover y tiemblo solo en pensar que se halla estropeado todo el trabajo. Una vez concluida, aunque no del todo la tormenta, en principio compruebo que no ha habido tal deterioro, lo que me alivia y mucho. Lástima que no hayamos podido preparar la merienda, pero se ha hecho tarde y no apetece mucho, otro día será. He de informarles que, mientras yo estaba liado con el asunto del hormigón, Cristina, Toñi y Juani han comenzado a colocar las losetas de granito haciendo pasillo de la pérgola central al refugio,
chulo va quedando. Como es habitual en este tiempo, después de la tormenta 
llega la calma, amaneciendo un domingo, quizás un poco dubitativo, pero tenemos pensado juntarnos para comer unas paellas. Se han apuntado al evento Manolo y Elena, con Jesús y Eva, Macu, con Efrén y su novia Cristina, que, con los abuelos Jesusa, Margarita y Adrián, nos juntamos unos pocos, sí señor. Entre unas cosas y otras, se nos ha ido también el domingo. 
Ha llegado el 15.08, fiesta, por lo menos la mañana. Aunque no es el día del cumpleaños, Cristina, mi hermana, y familia, me regalan un juego de accesorios para barbacoa en acero inoxidable, no os podéis imaginar que ilusión me hizo, pues llevaba tiempo detrás de ello. Como habíamos quedado, tras los preparativos de rigor, nos dirigimos al “Campíbiri”. Allí celebraremos los cumpleaños de Juani y mío, aunque sea con un día de antelación. 
Tras una buena comida, llega el postre: Tarta San Marcos, de la pastelería de Berna, rica, rica. También llegan los regalos, adivinen ¿qué recibo?, pues con gran sorpresa un juego de accesorios para barbacoa, este es más grande, para Juani unos bolsos muy chulos. Una vez concluida la sobremesa, se procede al reposo de rigor, pues parece que “se baja la tensión” . “Recuperados” de la comida, se comienzan los preparativos y nos ponemos manos a la obra, hay que comenzar a tabicar la barbacoa, otro de los objetivos para éste año. Bueno no se da mal el asunto del cemento y del ladrillo. Se ha acercado también a media tarde Tade, para colocar las mangueras del riego y las electroválvulas. Se va notando el paso del verano, anochece, cada fin de semana, más pronto, o sea que comenzamos a preparar la barbacoa al acabar con el cemento y darnos un merecido homenaje. Esta va a ser la primera noche que pasemos en la parcela Cristina, Celia y yo, Laura está pasando el finde en Sotoserrano con la familia de su amiga Sara. Nos ha cedido Ana unos colchones hinchables, pondremos a funcionar el compresor, pero compruebo que es muy pequeño, tarda bastante. Me dirijo a casa de Jose y Rosa, pues tienen un compresor grande (2 caballos 50 litros ), no tardando mucho en inflarlos. Nos despedimos del personal hasta mañana, haber que tal se duerme, pero en un principio, Celia quiere volver, la convencemos de lo divertido que va a ser esta nueva experiencia. He de confesarles, que cuesta un poco dormir, con el ruido del Frigo, los vecinos de juerga, pero puede más el cansancio. Nos han dado la nueve de la mañana en la cama, como habíamos cubierto las ventanas con parasoles, no entra la luz del amanecer. Parece que el día va a ser caluroso, pues mientras desayunamos se nota como va subiendo la temperatura. Después de recoger las camas, vuelta al tema de la construcción, vamos a ver si adelantamos un poco el tabique, 
eso si, con la ayuda de Celia, no podéis imaginar lo que le gusta “jarrear”, mientras, Cristina continúa con la colocación del granito en el paseo
. Por la tarde también se animan a venir los maños a refrescarse un rato. Total, que, otro finde que se pasó, eso si, viendo con alegría la evolución que ha sufrido la parcela y la ilusión que tiene todo el mundo. El siguiente fin de semana hemos cambiado todo lo planificado, pues me indican mis hermanos de acercarse a conocer el terreno y celebrar el cumple, aunque con unos días de retraso. También se apuntan mi sobrina Isa, con Rubén –su marido- y Vega, su hija, con mi hermana (y abuela) Loli, mis padres también se acercan en el coche de Iñaki, sobrino, y Toño y Maribel, con Jorge. Hemos preparado una merienda a base de empanadas y tortillas, embutidos, boquerones y sardinas… menudo menú. "
