"… y otro finde que se ha pasado. Hemos llegado a final de Junio, por lo menos al último fin de semana, sin apenas darnos cuenta. 
Les he de comentar que durante la semana se procede a diversos preparativos, tales como la adquisición del cortacésped (de gasolina, autopropulsado –vamos una joya- adquirida a un gran vendedor –ese soy yo, je- en la tienda, bueno la tuvieron que traer de la sucursal de Plasencia, pero para lo hemos tenido a tiempo), también compro malla negra, ideal para el sombreo de delante del refugio. Lástima que el viernes, al encargar el material de construcción, me informan que no tienen viaje para el sábado, han ido entre semana y no disponen de personal, bueno a lo largo de la semana le haré una llamada para cuando puedan lleven el material. El sábado, por la mañana, mientras trabajo –bueno estamos allí-, le comento a Carlos, el Jefe, que no dispongo de vehículo para llevar el cortacésped, 
ofreciendo un furgón, así que, acompañado de Mario –compañero- nos fuimos a llevarlo casi a la hora de salir, pero merece la pena, no tener que bajar los asientos del coche y dejarlo en la calle, aunque era la otra solución. Preparamos algunas cosillas que hemos de llevar y nos dirigimos pronto a la Zona Cero , una vez en el terreno nos planteamos las labores, al no disponer de material, aparcamos el asunto de la fosa, nos proponemos instalar la piscina, pues aunque no hace mucho calor hoy, se prevén días de calor próximamente. Una vez observado el terreno, con las medidas que nos indica el embalaje, procedo a alisar el terreno, pues tiene bastante desnivel, 
así que con la azada remuevo un poco la tierra y ayudado del rastrillo la voy moviendo poco a poco. Tengo la ayuda de un madero –antes marco de puerta- y dos niveles, uno a cada lado, mientras muevo la tierra, extraigo bastantes piedras, que podrían dañar la base de la piscina. Ana ha de regresar antes, pues ha quedado en cuidar a Isabel, hija de sus amigos Juan y Manoli, la acompaña Laura, para echar una mano. Habiendo concluido con el alisado del terreno, procedemos a regarlo bastante, así quedará más compacto. Se estrena el cortacésped,
aunque para la próxima vez que pensemos en ello, hemos de eliminar el riego de, por lo menos un día, así se hará mejor, pues la hierba al no estar mojada, 
se corta mucho mejor. Para aprovechar un poco más la tarde, Cristina, Celia y servidor, nos dedicamos a instalar malla mosquitera en las ventanas, una de las ventanas quedó concluida, en la otra tuve un error de medidas, la puerta hemos de idear cómo hacer para tema de paso, sin que moleste. Se pasó la tarde y, tras recoger los enseres, volvemos a casa, mañana será otro día. El domingo amanece con un cierto color raro, se prevén tormentas y, aunque está despejado, veremos como evoluciona. Habiendo preparado la comida y algo de merienda, pasamos a recoger a Ana. No hemos madrugado mucho, sobre las doce estamos en la parcela, así que nos ponemos manos a la obra. Ana se dedica a la limpieza del refugio y con la ayuda de Cristina, reorganizan el mobiliario, las mesas que le cedieron a Toñi se usaran como encimeras, muy útiles, si señor.
Celia no deja de insistir en el montaje de la piscina, llegando a ponerte nervioso, pues con el compresor se tarda un buen rato en dar aire al anillo. 
Desafortunadamente compruebo que me falta una conexión para el enganche de una tubería “extra”, para el llenado de la piscina y como grifo opcional, pues la que tengo no engancha bien. Para un poco de rapidez, con la ayuda de un empalme hago la conexión, así que solo queda estirar la piscina sobre un toldo,
con el fin de evitar percances, aunque no cubre toda la base. Ana ha concluido con la limpieza, tanto de las mesas como del refugio y, con la ayuda de Laura, van colocando las mesas para comer, momento en que se pone a llover, en principio, dos gotas, pero en menos de un minuto, comenzó a llover de una forma muy brusca. Nos refugiamos los cinco bajo la pérgola,
donde teníamos intención de comer, pero, aunque cerramos las cortinas, decidimos trasladar todo al interior y estar más tranquilos, sin riesgos a mojarnos. La piscina continúa llenándose. 
Pasado el chubasco, volvemos a las tareas, aunque ahora hay que limpiar también los sillones y mesas de la pérgola, pues están bastante mojadas, labor que realizan entre Ana y Cristina. Una vez concluido con el llenado, casi a tope, de la piscina, 
habiendo probado el funcionamiento de la bomba de filtro, extendemos un poco de tierra que cubre el desagüe del refugio, 
para facilitar la colocación de la tubería correspondiente, realizando una zanja entre el pozo y el refugio –falta ver la profundidad ideal- Nos sentamos a relajarnos y merendar algo, y ver si se pasa el malestar. Para el próximo finde se espera concluir con el pozo y el sombreo, eso si, he de llevar un enchufe con programador, para que filtre la depuradora. Esperando haya sido de su agrado, reciban un cordial saludo El JuanBa "
Les he de comentar que durante la semana se procede a diversos preparativos, tales como la adquisición del cortacésped (de gasolina, autopropulsado –vamos una joya- adquirida a un gran vendedor –ese soy yo, je- en la tienda, bueno la tuvieron que traer de la sucursal de Plasencia, pero para lo hemos tenido a tiempo), también compro malla negra, ideal para el sombreo de delante del refugio. Lástima que el viernes, al encargar el material de construcción, me informan que no tienen viaje para el sábado, han ido entre semana y no disponen de personal, bueno a lo largo de la semana le haré una llamada para cuando puedan lleven el material. El sábado, por la mañana, mientras trabajo –bueno estamos allí-, le comento a Carlos, el Jefe, que no dispongo de vehículo para llevar el cortacésped, ofreciendo un furgón, así que, acompañado de Mario –compañero- nos fuimos a llevarlo casi a la hora de salir, pero merece la pena, no tener que bajar los asientos del coche y dejarlo en la calle, aunque era la otra solución. Preparamos algunas cosillas que hemos de llevar y nos dirigimos pronto a la Zona Cero , una vez en el terreno nos planteamos las labores, al no disponer de material, aparcamos el asunto de la fosa, nos proponemos instalar la piscina, pues aunque no hace mucho calor hoy, se prevén días de calor próximamente. Una vez observado el terreno, con las medidas que nos indica el embalaje, procedo a alisar el terreno, pues tiene bastante desnivel, así que con la azada remuevo un poco la tierra y ayudado del rastrillo la voy moviendo poco a poco. Tengo la ayuda de un madero –antes marco de puerta- y dos niveles, uno a cada lado, mientras muevo la tierra, extraigo bastantes piedras, que podrían dañar la base de la piscina. Ana ha de regresar antes, pues ha quedado en cuidar a Isabel, hija de sus amigos Juan y Manoli, la acompaña Laura, para echar una mano. Habiendo concluido con el alisado del terreno, procedemos a regarlo bastante, así quedará más compacto. Se estrena el cortacésped, aunque para la próxima vez que pensemos en ello, hemos de eliminar el riego de, por lo menos un día, así se hará mejor, pues la hierba al no estar mojada, se corta mucho mejor. Para aprovechar un poco más la tarde, Cristina, Celia y servidor, nos dedicamos a instalar malla mosquitera en las ventanas, una de las ventanas quedó concluida, en la otra tuve un error de medidas, la puerta hemos de idear cómo hacer para tema de paso, sin que moleste. Se pasó la tarde y, tras recoger los enseres, volvemos a casa, mañana será otro día. El domingo amanece con un cierto color raro, se prevén tormentas y, aunque está despejado, veremos como evoluciona. Habiendo preparado la comida y algo de merienda, pasamos a recoger a Ana. No hemos madrugado mucho, sobre las doce estamos en la parcela, así que nos ponemos manos a la obra. Ana se dedica a la limpieza del refugio y con la ayuda de Cristina, reorganizan el mobiliario, las mesas que le cedieron a Toñi se usaran como encimeras, muy útiles, si señor. Celia no deja de insistir en el montaje de la piscina, llegando a ponerte nervioso, pues con el compresor se tarda un buen rato en dar aire al anillo. Desafortunadamente compruebo que me falta una conexión para el enganche de una tubería “extra”, para el llenado de la piscina y como grifo opcional, pues la que tengo no engancha bien. Para un poco de rapidez, con la ayuda de un empalme hago la conexión, así que solo queda estirar la piscina sobre un toldo, con el fin de evitar percances, aunque no cubre toda la base. Ana ha concluido con la limpieza, tanto de las mesas como del refugio y, con la ayuda de Laura, van colocando las mesas para comer, momento en que se pone a llover, en principio, dos gotas, pero en menos de un minuto, comenzó a llover de una forma muy brusca. Nos refugiamos los cinco bajo la pérgola, donde teníamos intención de comer, pero, aunque cerramos las cortinas, decidimos trasladar todo al interior y estar más tranquilos, sin riesgos a mojarnos. La piscina continúa llenándose. Pasado el chubasco, volvemos a las tareas, aunque ahora hay que limpiar también los sillones y mesas de la pérgola, pues están bastante mojadas, labor que realizan entre Ana y Cristina. Una vez concluido con el llenado, casi a tope, de la piscina, habiendo probado el funcionamiento de la bomba de filtro, extendemos un poco de tierra que cubre el desagüe del refugio, para facilitar la colocación de la tubería correspondiente, realizando una zanja entre el pozo y el refugio –falta ver la profundidad ideal- Nos sentamos a relajarnos y merendar algo, y ver si se pasa el malestar. Para el próximo finde se espera concluir con el pozo y el sombreo, eso si, he de llevar un enchufe con programador, para que filtre la depuradora. Esperando haya sido de su agrado, reciban un cordial saludo El JuanBa "
